Uno pierde, otro gana y los que mueren de hambre

La quinta persona más rica de Alemania, Adolf Merckle, es un ejemplo de las consecuencias que puede tener enredarse en movimientos especulativos de los fondos de alto riesgo. Merckle está en conversaciones con casi 40 bancos para lograr un préstamo puente, después de perder una cantidad ingente de dinero -"cientos de millones de euros", dice Financial Times- tras apostar a que las acciones de Volkswagen iban a bajar, debido a la caída de ventas. Están por ver las consecuencias que esta pérdidas millonarias puedan tener en su grupo empresarial, que da empleo a más de 100.000 personas, pero de alguna manera tendrá que resarcirse de las mismas pues corre el riesgo de bajar puestos en la lista Forbes...

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Emilio Botín, el amigo de ZP, ha sido denunciado a la CNMV por un accionista minoritario, Antonio Panea, por un presunto delito de información privilegiada, previsto en el artículo 285 del Código Penal. Panea denuncia que Botín adquirió entre el 29 y el 31 de octubre de este año 5,6 millones de acciones de la entidad "prevaliéndose de una información reservada en razón de su cargo". Según el denunciante, ese mismo día, Botín manifestó a los medios de comunicación que el Santander "no necesitaba ampliar capital". Así, "pudo acceder a 1,4 millones de acciones nuevas a un precio de 4,50 euros, cuando la cotización subió hasta los 7,92 euros el día que se anunció la ampliación", lo que le reporta un beneficio de 3,42 euros por acción, un total de 4,8 millones de euros y aumenta su participación en el banco en un 338%.

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Mientras personajes como los anteriores siguen su carrera para acumular el máximo dinero posible, cueste lo que cueste, pese a quien pese,... conviene no olvidar que unas 60.000 personas mueren de hambre cada día en el planeta.

Conviene recordar que la avaricia de unos pocos condena a muerte a millones de personas todos los años. Conviene no olvidar los nombre y las caras de estos 'prohombres'...

He traído aquí ha propósito esta foto de 1994, con la que el fotógrafo sudanés Kevin Carter ganó el premio Pulitzer. Al recibir el premio, Carter declaró que aborrecía esa fotografía:

“Es la foto más importante de mi carrera pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla. La odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niña”.

Cuatro meses después, abrumado por la culpa y conducido por una fuerte dependencia a las drogas, Kevin Carter se quitó la vida.

No pido yo tanto a los 'amos del mundo',... simplemente que tengan presente cada día de lo que les reste de vida esa foto, que no se les borre de la memoria.

No es utopía es 'mala leche':
la que me pone esta gentuza.